viernes, 26 de julio de 2013

Una princesa en la presa del Atazar

Mientras pensaba ayer en más planes diferentes y refrescantes para hacer en Madrid este verano, me llegó un whatsapp de mi prima y gran amiga Cris enseñándome unas fotos del atardecer en la presa del Atazar que me parecieron preciosas. Hacía unos días que un "príncipe" la llevó en su descapotable a ver la puesta de sol, todo muy romántico, como de cuento del siglo XXI. No me extraña, ya que ella es como una princesa de este siglo.  Es el alma de todas las fiestas y la reina de los bares de copas de Madrid, vuelve locos a cantantes, músicos y futbolistas, toma el sol en la cubierta del barco familiar y se baña en la piscina de la azotea de su casa. Asi que este post se lo dedico a ella, esperando que el cuento termine bien. Que el "príncipe" no se vuelva rana y que no se rompa la presa, que como dice mi suegro (ingeniero de obras públicas que ha estado construyendo presas toda su vida): "como la del Atazar se rompa, se lleva por delante todo Madrid".



Gracias por las fotos Cris, son estupendas. Seguro que iremos a ver la puesta de sol alguna tarde.

Podéis aprovechar la visita a la zona para conocer dos pueblos especialmente bonitos por allí cerca: Buitrago de Lozoya y Patones de arriba.


Vista de la muralla de Buitrago
En Buitrago además de disfrutar de un pueblo típico de la sierra Norte de Madrid, veréis una muralla de origen musulmán realmente bonita.

En Navidad organizan un Belén viviente de gran interés cultural en el que participan más de 200 actores y se representan una treintena de escenas de La Biblia.








Si queréis daros un baño, acercaos a las piscinas naturales de Riosequillo. Puede ser una buena opción para refrescarse si pasais el día por esta zona del Lozoya.








Patones de arriba, es más recomendable para otoño. Pasear por sus calles empedradas, disfrutar de rutas de senderismo y reponer fuerzas degustando una buena comida en cualquiera de los restaurantes que encontraremos allí, cuyas especialidades son las migas y el cordero, se hace más agradable cuando empieza el frío. La mayoría de los restaurantes tienen pequeñas terrazas para disfrutar de las vistas del pueblo y el paisaje. Así que se convierte en un plan muy apetecible para los días soleados de otoño-invierno.
Os dejo una foto de mi última visita a Patones el pasado noviembre con mis amigos de la universidad. Como veis, vamos bastante abrigados.


1 comentario:

  1. Preciosas fotos y maravilloso lugar! Y Patones también me encanta. Sugerencias tan románticas como refrescantes para este veranito agobiante.
    No conocía la amenaza de la presa de Atazar...qué peligro. Sería alucinante descubrir Madrid como una Venecia de interior...
    Besos helados para digerir el verano.
    Eva

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